Hace varios años ya se masificaron las grabadoras caseras, al punto de incluirse hasta en los teléfonos móviles inteligentes de la actualidad con la capacidad de grabar en alta definición, con muy buen audio y con facilidad extrema, pero ¿Qué faltaba en la industria de la grabación doméstica? Incluir un proyector, por ello Sony lo hizo posible.

El modelo Sony Handycam HDR-PJ50 desde el exterior parece fuera una cámara convencional, sin embargo, si se observa con detenimiento nos damos cuenta que posee mucho más que una pantalla de visualización lateral del tipo “widescreen”, pues incorpora un pequeño pero eficiente proyector que según la compañía permite proyectar hasta en 60 pulgadas la imagen.



Lo que seguramente todos se están consultando es ¿Por qué querríamos un proyector en la cámara? La respuesta es sencilla, para no tener que conectar a ningún dispositivo externo nuestra cámara a la hora de exhibir nuestros videos. Gracias a esta iniciativa, andar con la cámara encima es lo mismo que tener un mini-cine en el bolso.

Otra de las interrogantes que surge al analizar esta pequeña gran innovación es ¿Qué pasa con el audio? A lo que la empresa nipona contesta con contundencia “lo tenemos cubierto”. Esta cámara posee parlantes de fase clara, los que además tienen un amplificador digital que permite hacer realidad el sueño de montar un cine con facilidad.



Los que saben mucho de este mercado deberán recordar un proyecto similar que tiene varios años encima, nos referimos al que realizó Nikon el 2009 en su modelo Coolpix S1000, a éste le siguieron las unidades de 3M Shoot´n Share y ViewSonic con el DVP5 que era un proyector y grabadora al mismo tiempo. Lo bueno de esta versión hecha por Sony es que se parece mucho más a las cámaras actuales de video doméstico y no tiene un gran tamaño.

Cuando sabemos que estamos frente a un buen producto, lo primero que nos preguntamos es ¿Cuánto cuesta? Por ello hay que mencionar la Sony Handycam HDR-PJ50 será comercializada por $1.350 (930€) en Asía Pacifico. La estrategia es arriesgada desde el punto de vista que demuestra la venta de proyectores ha tenido etapas de baja importantes, por lo que encarecer su producto puede suponer un riesgo innecesario para muchos.